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UN CONFIDENTE AL LADO MÍO
¿Es conveniente que existan secretos entre esposo y esposa?
¿Le debo contar absolutamente todo a mi pareja?
Si bien éste es un tema bastante complejo (la cuestión de los secretos en el matrimonio es mucho más profunda de lo que podemos abarcar en el presente artículo), intentaremos dar algunas consideraciones generales.
Uno de los primeros mandamientos de Dios al finalizar con la creación fue el siguiente: “Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).
Algunos interpretan el “ser una sola carne” exclusivamente desde el punto de vista físico. Si bien el encuentro corporal entre un hombre y una mujer está incluido en esta frase, también hay una referencia a un encuentro emocional y espiritual. El matrimonio es la máxima experiencia de intimidad humana: dos seres que se transforman en una sola carne.
Ahora bien, ¿los secretos entre esposos favorecen esta intimidad, o la debilitan?
Se oye a menudo: “Esto no se lo voy a contar a mi esposa porque no me va a comprender”. Puede existir en estos casos una doble responsabilidad: la del hombre que no persiste en buscar la intimidad con su esposa, y la responsabilidad de aquella por no ser comprensiva con su marido.
Cuidado con los confidentes fuera del hogar!
Los lugares vacíos no existen. Todo espacio tiende a ser ocupado por algo o alguien. LO QUE NO SE COMPARTE EN EL HOGAR, SE COMPARTE FUERA DEL HOGAR. Aquí ya entramos en un terreno más peligroso: el tener mayor intimidad con alguien ajeno al matrimonio.
Una mujer joven, ya casada, nos decía: “Hay un hombre en la iglesia con el que puedo abrirme más que con mi esposo”.
Otro hombre casado afirmaba: “Con una compañera de trabajo puedo hablar todo. Es tan distinta a mi esposa! Ella sí me comprende”.
Estas dos personas estaban transitando por lo que denominamos zonas de riesgo. Desarrollando esta intimidad se prepara lentamente (o no tan lentamente) el terreno para la infidelidad.
El temor a que nos conozcan
Muchas veces atesoramos secretos por temor a que nos conozcan. Contar alguna intimidad implica mostrarse, exponerse. Un psiquiatra cristiano llamado Paul Tornier escribió un libro denominado “El personaje y la persona” (un libro que recomendamos leer). Allí él describe un fenómeno cotidiano: nuestros disfraces, nuestros ocultamientos a través de personajes superficiales para no mostrar nuestro ser más íntimo y profundo, nuestra verdadera persona. Nos es más sencillo hablar de lo que hacemos en lugar de hablar de lo que somos.
El reino de los exitosos
Vivimos en tiempos donde reina la “exitomanía”. El lema para todos es “ser exitosos, competentes, eficientes, excelentes, etc.. Debemos exhibir lo mejor de nosotros, no debemos exponer nuestras debilidades porque alguien puede llegar a aprovecharse de ellas”.
Lamentablemente este espíritu “exitómano” se traslada a la vida matrimonial. Se teme revelar aquello que no es exitoso en uno. TODOS SOMOS SERES IMPERFECTOS. Todos tenemos puntos más fuertes y otros más débiles en nuestra personalidad y en nuestra madurez espiritual.
Así como somos, con transparencia, debemos acercarnos a nuestro cónyuge. Con ese mismo espíritu debemos aceptar al otro tal cual es, y no intentar moldearlo a nuestra imagen y semejanza.
Por qué no reflexionamos?
Por último, unas preguntas para reflexionar acerca de nuestro comportamiento en el matrimonio:
- ¿Creo un clima favorable para que mi esposo/a pueda confiar en mi?
- ¿Cómo reaccioné frente a aquellas situaciones donde mi esposo/a me confesó una debilidad? ¿Fui comprensivo/a o me puse en el rol de juez? ¿Le di al tema la misma importancia que para él/ella tenía?
- ¿Respeto los secretos de mi pareja o los ventilo fuera de la intimidad hogareña?
- ¿Es mi esposo/a mi confidente más íntimo, o éste/a se encuentra fuera de la casa?
Planteate permanentemente estas preguntas y estarás cuidando tu vida matrimonial.
No pierdas a esa persona que solo llega una vez, que cuando te das cuenta que era el amor de tu vida, puede ser demasiado tarde y desde ese momento tu vida dará un giro tan grande que nunca te podrás reponer. Si no estás enamorado trata de hacerlo de la persona correcta, imagina tus próximos 50 años a su lado y date cuenta de si es lo que en realidad quieres para ti, si es la persona correcta para formar una familia contigo, para levantarte de tus fracasos y para festejar contigo tus logros. Toma la decisión hasta que estés completamente seguro, ya que puedes ganar tanto o en el lado triste perder a esa persona que aunque el tiempo pase no podrás olvidar.
El Valor de un Te Quiero
Te quiero decir en este momento...
TU AMISTAD VALE MUCHO.
Te Quiero decir que si mañana dejo de existir, te observare en el cielo, te cuidaré y, sobre todo, trataré de que no sufras.
Te quiero decir que, si dejas este mundo, Dios no lo quiera, te recordaré y siempre te querré.
DANDO AMOR, UN DÍA ENCONTRARÁS A ALGUIEN QUE TE LO RETRIBUYA.
Preparate para el matrinonio...
Uno de los problemas que producen mayor preocupación en nuestro tiempo es el incremento de divorcios, aun entre los cristianos evangélicos. ¿No es posible que algo de esto podría haber sido evitado si los esposos hubiesen recibido una mejor preparación para el matrimonio? Por cierto, muchas de las decisiones que a diario se toman son más emocionales que racionales. De modo que algunos toman decisiones en cuanto al matrimonio por motivos inadecuados a pesar de que han recibido buenos y razonables consejos de sus parientes, amigos y aun de su pastor. Es decir, algunos jóvenes se casan bajo el estado emocional de estar enamorados aunque haya varios factores obvios en su contra, que dificultarían la formación de relación estable y feliz.
La experiencia nos ha enseñado que existe una proporción bastante grande de jóvenes que quieren buenos consejos para poder entrar en el enlace conyugal con una comprensión de sí mismos y con conocimientos adecuados de sus papeles como casados. En realidad, nadie busca fracasar en su matrimonio, pero algunos están en mejores condiciones que otros para vencer los problemas que inevitablemente surgen en todo matrimonio. Nuestro deseo es que el número de los que vencen pueda aumentar por medio de una mejor preparación antes de casarse.
Preparación para el matrimonio El doctor David señala que muchas parejas entran en el matrimonio con una cierta ignorancia acerca de sus papeles como esposos y también los de ser padres. El dice que hay dos razones para esta falta de conocimiento. Una es que no hay un tipo ni un medio específico, ni en la escuela, ni en la casa, ni en el templo, para recibir una enseñanza directa al respecto. También, se presenta la actitud injustificable de muchos que creen que no carecen de conocimientos especiales para casarse, que es algo que uno hace “naturalmente”. No se han dado cuenta de lo complejo que son las relaciones humanas y que es un arte vivir felizmente con otra persona en un estado de intimidad. Tenemos que corregir este problema de ignorancia. La preparación para el matrimonio consiste en no solamente superar cierta ignorancia en cuanto a los papeles de los esposos, sino también en llegar a un mayor conocimiento de sí mismos, en conversar y compartir sus planes, anhelos, sentimientos y experiencias. El lograr tal conocimiento es estar bien adelantado para poder ajustarse dentro del matrimonio.La pareja forma sus hábitos y costumbres temprano en el matrimonio, es decir, entre los primeros seis o doce meses; y estos hábitos no se cambian fácilmente. Se pueden preparar para una buena formación de los hábitos antes del enlace por un sincero y sensible compartir de perspectivas. Algunas de las áreas sobre las cuales deben de tener un acuerdo son: la forma de tomar decisiones, cómo manejar el dinero, relaciones con los padres y amigos, dónde vivir, cuántos niños quieren y cómo arreglar sus desacuerdos. A los hábitos sexuales se ajustan mejor dentro del matrimonio, pero sí deben haber pensado y haber leído algún buen libro sano sobre esta materia. No hay garantías de que una pareja sea feliz por haber logrado estar de acuerdo, ni de que van a actuar según las intenciones declaradas, pero sí hay una mayor posibilidad de un mejor comienzo por haberlo hecho. Una razón más a favor de una buena preparación, es su efecto sobre los niños que se engendrarán. La pareja que está consciente de lo que hace y que guarda un amor sincero entre sí, proveerá un ambiente propicio para las criaturas que ellos tengan. Los niños no solamente necesitan vivir con los dos padres, sino también sentir que los padres se aman. En realidad el amor paternal debe ser una expresión y una extensión del amor conyugal. Espero que todos comprendamos lo importante de ayudar a los jóvenes de la iglesia y de la familia a tener una preparación adecuada para su vida de matrimonio. CONSEJO PREMATRIMONIAL El consejo pastoral para los novios tiene varios propósitos. Sirve para definir lo que cada uno espera del otro en el matrimonio y para ayudarles a desarrollar sus pericias en la comunicación. También debe dirigir su atención hacia las áreas de los ajustes conyugales y de hacer hincapié en la seriedad y permanencia del matrimonio.El matrimonio es un ministerio que la iglesia ofrece a la pareja y, por lo tanto, es responsable del establecimiento de normas para aquellos que se casan en ella. Es sabio insistir a los novios en que reciban una serie de consejos del pastor antes de casarse. Parte de la sabiduría de esta medida se encuentra presente siempre en estas decisiones: ¿A quiénes se va a permitir casarse en el templo? ¿A los divorciados? ¿A los inconversos?, etc. Exigir que las parejas reciban tales instrucciones causará más respeto en la comunidad hacia la iglesia y destacará la seriedad del matrimonio. Aquellos que no están al tanto del matrimonio cristiano lo descubrirán en este proceso y tendrán oportunidad de analizar su circunstancia espiritual y moral. Algunos candidatos seguramente pensarán que la sugerencia de las sesiones es una exigencia eclesiástica que está demás, pero otros la verán como lo que es, una muy buena oportunidad de estar bien preparados para un casamiento exitoso. Siendo el consejo prematrimonial algo bastante nuevo, será importante enseñar su utilidad a la congregación. Además, por medio de la predicación y algunas conferencias se pueden presentar muchos de los conceptos que servirán a las parejas que están preparándose para el matrimonio. Algunos consejeros y pastores han descubierto que los retiros son una manera muy práctica para preparar a los jóvenes en particular, para aquella futura vida conyugal. En los retiros y conferencias se pueden enfocar los asuntos del crecimiento espiritual como parejas, algunas áreas de ajustes, los propósitos del matrimonio, las pericias de la comunicación y el significado de la ceremonia. Cada sesión o conferencia, cada sermón, cada retiro donde se trata del matrimonio amplía el conocimiento de los que anhelan tener un hogar cristiano y feliz. Sin embargo, toda aquella preparación de las parejas no es suficiente, cada pareja de novios precisa una orientación que enfoque sus problemas personales y que esté directamente relacionada al enlace que espera contraer en un futuro no lejano La pareja debe solicitar los consejos del pastor entre cuatro a seis meses antes de su proyectada fecha de bodas. Debe estar bien claro que ellos tendrán que participar en una serie de conferencias personales con el pastor antes de cederles el privilegio de usar el templo para su matrimonio. El pastor puede poner tentativamente la fecha de bodas, escogida por la pareja, en su calendario y en el de la iglesia, pero depende de las conferencias si el pastor presenta la solicitud de la pareja a la iglesia. La cantidad de las conferencias puede variar entre cuatro y seis o pueden ser menos si las parejas han participado en retiros o conferencias para los grupos de novios, o si son muy conocidos por el pastor. Que el señor les bendiga. |
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