La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto heterogéneo de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma de agresión psicológica. Esta clase de violencia no se percibe tan fácilmente como la física, pero también lastima. Consiste en enviar mensajes y gestos, o manifestar actitudes de rechazo.
En todos los casos es una conducta que causa un perjuicio a la víctima.
La intención es humillar, avergonzar, hacer sentir insegura y mal a una persona, deteriorando su imagen y su propio valor, con lo que se daña su estado de ánimo se disminuye su capacidad para tomar decisiones y para vivir su vida con gusto y desempeñar sus quehaceres diarios.
La violencia verbal tiene lugar cuando mediante el uso de la palabra se hace sentir a una persona que no hace nada bien, se le ridiculiza, insulta, humilla y amenaza en la intimidad o ante familiares, amigos o desconocidos.
La violencia no verbal es aquella que se manifiesta en actitudes corporales de agresión como miradas de desprecio, muestras de rechazo, indiferencia, silencios y gestos insultantes para descalificar a la persona.
La violencia física produce un traumatismo, una lesión u otro daño y lo produce inmediatamente. La violencia psicológica, vaya o no acompañada de violencia física, actúa en el tiempo. Es un daño que se va acentuando y consolidando en el tiempo. Cuanto más tiempo persista, mayor y más sólido será el daño.
Además, no se puede hablar de maltrato psicológico mientras no se mantenga durante un plazo de tiempo. Un insulto puntual, un desdén, una palabra o una mirada ofensivas, comprometedoras o culpabilizadoras son un ataque psicológico, pero no lo que entendemos por maltrato psicológico.
Para que el maltrato psicológico se produzca, es preciso, por tanto, tiempo. Tiempo en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a producirle la lesión psicológica. Esa lesión, sea cual sea su manifestación, es debida al desgaste. La violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación producen un desgaste en la víctima que la deja incapacitada para defenderse.
El abandono emocional, es una forma de maltrato psicológico.
El trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la persona es uno de los peores maltratos psicológicos que existen. Los malos tratos emocionales son los más difíciles de detectar, porque la víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es. Otras veces toma conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su situación o a pedir ayuda.
El acoso psicológico es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una estrategia, una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y la destrucción moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan cerco a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación y su autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad.
Para poder hablar de acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de violencia psicológica encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado de desesperación, malestar, desorientación y depresión, para que abandone el ejercicio de un derecho. Hay que poner de relieve que una de las estrategias del acosador es hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por supuesto, que así lo crean todos los posibles testigos.
La segunda condición imprescindible para que se produzca el acoso moral es la complicidad implícita o el consentimiento de otros, que, o bien colaboran, o bien son testigos silenciosos de la injusticia, pero callan por temor a represalias, por satisfacción íntima o simplemente por egoísmo.
En muchas ocasiones, la víctima apenas tiene conciencia de que lo es y ni siquiera es capaz de verbalizar lo que está sucediendo. Solamente percibe una sensación desagradable, insuficiente para ella como para calificar el caso de acoso.
El acoso psicológico tiene dos formas según la relación víctima-verdugo:
DE PODER. El acosador se halla en una posición de poder superior a la de su víctima, ya se trate de poder social, económico, laboral, jerárquico, etc. Se trata de una situación en la que el acosador es superior al acosado
DE IGUALES. El acosador se halla en la misma posición de poder que su víctima y se trata de acoso entre iguales. Es una situación en que el acosador se vale de su fuerza física o moral para hostigar a otra persona de su mismo nivel jerárquico o social, con la aquiescencia del entorno.
Hay una forma de violencia que supone el desconocimiento del valor de la víctima como ser humano, y es la Manipulación Mental. En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.
La violencia psicológica es más difícil de demostrar que la violencia física, porque las huellas que quedan en el psiquismo no son visibles para el profano. Además, en los casos de violencia psicológica, el maltratador suele manipular a su víctima para que llegue a creer que todo son exageraciones suyas que tiene la culpa de lo que sucede. Lo mismo suele hacer con su entorno, de manera que todo el mundo opine que él es un excelente cónyuge, compañero o amigo y que la otra persona se queja por quejarse. En el supuesto de que se queje.
El maltrato psicológico, por sutil e insospechado que sea, siempre deja secuelas. Existen casos en que la agresión es tan sutil y sofisticada que parece casi imposible detectarla. Pero deja marcas indelebles en el organismo de la víctima. En su cuerpo o en su psiquismo, porque el cuerpo y el psiquismo interactúan y forman una unidad psicosomática.
Las perspectivas del maltrato psicológico son variadas. A veces es difícil detectar el padecimiento de violencia psicológica, porque en situaciones de víctimas a menudo desarrollamos mecanismos psicológicos que ocultan la realidad cuando resulta excesivamente desagradable un suceso.
Nuestros mecanismos de defensa tienen la finalidad de preservarnos de la angustia y el hecho de aceptar que somos víctimas de una situación reiterada de maltrato psicológico, probablemente por parte de una persona a quien amamos o estimamos, supone una enorme carga de angustia que no es fácil digerir.
Por eso nuestro psiquismo nos ofrece todos esos psicodinamismos, para que echemos mano de ellos y nos defendamos de la angustia, negando la situación en que nos encontramos. Así aprendemos a negar y a intelectualizar la violencia de la que somos víctimas. Buscamos justificación para la actitud del agresor, para la actitud de quienes admiten o colaboran con su violencia y buscamos casos similares en nuestro entorno para comparar el nuestro y llegar a la conclusión de que no es una situación anómala, sino común y corriente e, incluso, de que hay situaciones muchísimo peores que la nuestra.
Otras veces recurrimos a un mecanismo mucho más nocivo que la negación o la intelectualización. Y otras veces recurrimos a culparnos de lo que sucedes y buscamos en nuestras actitudes pasadas y presentes el motivo del maltrato. Recorremos una a una nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras acciones y nuestros resultados, para localizar la causa de la violencia que, según entendemos, hemos provocado.
Si esto te sucede, ya tienes un indicio clarísimo de que eres una víctima de la violencia psicológica.
Si sufres en silencio una situación dolorosa y esperas que las cosas se solucionen por sí mismas, que tu verdugo o verdugos depongan espontáneamente su actitud, que alguien acuda en tu ayuda porque se dé cuenta de tu situación, no te quepa ninguna duda de que eres una víctima de la violencia psicológica.
Y si te sientes mal frente a una persona, si te produce malestar, inseguridad, miedo, emociones intensas injustificadas, una ternura que se contradice con la realidad de esa persona, si te sientes poca cosa, inútil, indefens@ o tont@ delante de esa persona, ya has identificado a tu agresor.
Ahora que lo sabes, sabe también que tienes que actuar. Tienes que dar los primeros pasos para tomar conciencia de tu situación y al identificar la agresión de que eres objeto y la persona del agresor o agresores. Que el siguiente paso es pedir ayuda.
Detectar la violencia psicológica que sufre otra persona es más fácil generalmente que detectarla cuando nosotros somos quienes la sufrimos, porque desde fuera, las cosas se ven con mucha más claridad. Pero, muchas veces, la violencia psicológica es transparente y solamente la siente la víctima sin que la situación trascienda.
Podemos detectar la violencia psicológica en estos casos, porque existen varios indicadores. La víctima se comporta de la forma siguiente:
Mantiene una relación con su agresor, al que agradece intensamente sus pequeñas amabilidades.
Niega que haya violencia contra ella y, si la admite, la justifica.
Niega que sienta ira o malestar hacia el agresor.
Está siempre dispuesta para tener contento al agresor. intentando averiguar lo que piensa y desea. Así llega a identificarse con él.
Cree que las personas que desean ayudarla están equivocadas y que su agresor tiene la razón.
Siente que el agresor la protege.
Le resulta difícil abandonar al agresor aún después de tener el camino libre.
Hay un mecanismo neurológico que todos tenemos y que se llama habituación. La habituación consiste en que el sistema nervioso deja de responder a un estímulo cuando éste se produce continuamente, y nuestro cerebro deja de responder bloqueando la realidad. En este mecanismo la víctima llega a aceptar su situación como algo totalmente normal y la incorpora a su vida como una faceta más.
Una vez que se ha detectado un caso de violencia psicológica, lo primero que hay que hacer es concientizarnos y darnos cuenta de que nuestra situación no es normal ni tenemos la culpa ni la hemos buscado.
De alguna manera, la verdad suele hacerse camino. Los psicodinamismos que la víctima desarrolla para negar su situación tienen el objetivo de proteger su supervivencia y librarla de la angustia.
Por tanto, la única forma de que la víctima llegue a tomar conciencia de lo que le está sucediendo y acepte que su verdugo la está maltratando es garantizarle de alguna manera que su situación tiene remedio y que la toma de conciencia es el primer paso hacia la liberación. Después de la toma de conciencia, viene el segundo paso que es la identificación del agresor y de la agresión. Y luego la búsqueda de ayuda profesional, tanto psicológica como jurídica en su caso. La primera nos devolverá la fortaleza que hemos perdido conduciéndonos de nuevo a la realidad y la segundaa nos ayudará a denunciar nuestra situación y a defendernos de nuestro agresor.
Un método importante para ayudar a la víctima a tomar conciencia es realizar la segunda lectura del mensaje de la agresión. La agresión es una conducta y, por tanto, ha de tener una finalidad. Si analizamos la conducta de quien agrede, podemos encontrar en ella un mensaje más o menos claro.
Si aprendemos a localizar el mensaje que el agresor quiere comunicar, nos resultará más fácil entenderle y, por tanto, defendernos. El manipulador está recibiendo un beneficio a costa del sometimiento de su víctima, el maltratador está satisfaciendo su necesidad de mostrarse fuerte a costa de la debilidad de su víctima, el acosador está siguiendo una estrategia para que su víctima se anule a sí misma y desaparezca de su camino.
Conviene saber que el maltratador siempre se defiende haciéndose a su vez la víctima, siempre pone al cielo por testigo de su inocencia y siempre niega lo que está haciendo.
A veces nosotros mismos de manera inconsciente somos los verdugos, detectar la violencia psicológica que ejercemos de forma inconsciente no es tarea fácil, precisamente porque la ejercemos sin tomar conciencia de ello.
Pero sí hay forma de saberlo, sobre todo después de leer las líneas anteriores, porque todo cuanto hemos dicho acerca de los signos que detectan el maltrato en la víctima, se puede aplicar a nuestras propias acciones y ver si existen personas de nuestro entorno a las que, sin darnos cuenta, estemos manipulando o agrediendo. No vamos a hablar de acoso porque es siempre consciente y dirigido a una meta también consciente.
La mejor forma de dilucidar si nos estamos comportando con alguien como maltratadores es utilizar toda nuestra capacidad de empatía y toda nuestra humildad, ponernos en el lugar de las personas que nos rodean, cuando exista la menor sospecha de un posible maltrato, y sentir lo que nosostros sentiríamos si nos hicieran lo que nosotros estamos haciendo.
Hay una larga lista de preguntas que podemos plantearnos. A veces somos conscientes de la hostilidad que sentimos hacia una persona, pero no del maltrato que le estamos infligiendo. Sentir hostilidad, rabia, envidia o rencor contra otros es casi siempre irremediable, porque las emociones no se someten al raciocinio. Lo que sí se puede someter al control de la razón son nuestras acciones.
En un mundo tan violento como en el que vivimos, podemos ser victimarios del maltrato psicológico si no ponemos sincera y verdaderamente nuestra vida en el Señor. Ser víctimas de tales acciones tiene solución: cuando pedimos ayuda la recibiremos. Pide ayuda si eres maltratad@ psicológicamente, pues las secuelas que dejan esta clase de agresiones son importantes, si no se curan te producirán un daño permanente.
Porqué soportas el desamor, la indiferencia, las humillaciones... tienes que hacer algo, para que esto pare en tu vida antes de que sea demaciado tarde para ti.
Dios te bendiga siempre
Te deseo felicidad, Paz y Amor en tu vida
Espero que te ayude y te sirva este estudio hoy a ti.
Sinceramente con amor.
RICOS Y POBRES
Una vez un padre de familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo, con el propósito de que este viera cuan pobre era la gente del campo, que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunto a su hijo.
--Que te pareció el viaje?
---Muy bonito Papá.
--Vistes que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
---si!!!!!!
-- y que aprendiste?
---Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen 4. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la barda de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar, y convivir con la familia, tu y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre quedo mudo y su hijo agrego.
--Gracias Papa por enseñarme lo rico que podríamos llegar a ser.
Que estas SINTIENDO ? Somos ricos ? Somos pobres ?
Y JESÚS LLORÓ
Entonces Jesús llevó a sus discípulos a la montaña y reuniéndolos a su alrededor; les enseñaba diciendo:
"¡Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual, pues el reino de Dios les pertenece!"
"¡Dichosos los que están tristes, pues Dios les dará consuelo!"
"¡Dichosos los de corazón humilde, pues recibirán la tierra que Dios les ha prometido!"
"¡Dichosos los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios!"
"¡Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que Dios les pide, pues el reino de Dios les pertenece!"
Entonces: Simón Pedro dijo: ¿Para qué hay que aprender eso?
Y Andrés dijo: ¿Tenemos que entender TODO eso?
Y Tomás dijo: ¿Habrá Un examen de eso?
Y Felipe dijo: ¿Y si no me aprendo eso?
Y Bartolomé dijo: ¡No entiendo NADA!
Y Judas dijo: ¿Cuánto vale todo eso?
Y Juan dijo que sólo él y su hermano Jacobo debían aprender eso.
Y Mateo dijo: ¿Cuándo va a terminar la clase? Tengo hambre.
Y Judas Tadeo dijo: ¿Eso lo escribió Moisés?
Y Simón el Cananita dijo: Nada (se fue al baño).
Y por último Jacobo hijo de Alfeo dijo: Nada. Estaba dormido.
Uno de los fariseos llegó y le pidió a Jesús que le mostrara el plan de la lección del día. Luego los maestros de la Ley le interrogaron sobre sus planes para la escuela sabática y el plan de Inversión.
Y Jesús lloró.
C
UNA LECCION DE VIDA
esta historia quiero compartirlo contigo
Papi devuélveme mis manitos
Una familia se había comprado un auto nuevo, 0 km. hermoso, se mire por donde se mire, el tapizado, el color... todo. El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba allí. Salieron el, su esposa y el pequeño de ambos de solo 3 años; llegando a una estación de servicio bajan los padres y dejan al niño en el auto, cerrando las puertas... el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor, ya que los niños hacen sus cosas en esta condición.
Después de un rato llegan los padres y al ver el cuadro, el padre comenzó a encenderse en furia y al ver su "hermoso tapizado"
todo rallado, comenzó a golpear al niño en sus manos y a golpearlo con mucha fuerza... hasta que tuvieron que sacarle al niño de entre sus golpes, el niño estaba en muy mal estado tuvieron que llevarlo y hospitalizarlo. Suena el teléfono en casa de la familia y atiende el padre... los llamaban del hospital, era necesario que se presentaran, se habían complicado las cosas...El padre se presenta y le notifican que debieron amputarle las manos al niño, ya que no había otra opción posible. Entrando el padre a la habitación envuelto en lagrimas... el niño le dice sonriente... ¡¡Hola papi... ya aprendí la lección... no lo voy a hacer mas papi...pero por favor devuélveme mis manitas!!. El padre salió de aquella habitación y se suicido....
Por que le damos tanta importancia a las cosas materiales al grado de lastimar a nuestros seres queridos?
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