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LA VIDA DE FE -- UN ESTUDIO DE HEBREOS 11
1. Introducción
A. Definición de la fe: Lea Hebreos 11:1. Vemos que hay dos elementos en la fe: (1) la seguridad,
expresada aquí en las palabras “certeza” y “convicción”, y (2) lo invisible, expresada aquí en las palabras “lo que se espera” y “lo que no se ve”. En el cielo no tendremos necesidad de la fe, ya que todo lo que hoy es invisible para nosotros, será entonces plenamente visible. Es solamente en nuestro breve peregrinar en la tierra que tenemos necesidad de la fe. “El justo por la fe vivirá” es repetido tres veces en el Nuevo Testamento (Ro. 1:17, Gá. 3:11; He. 10:38). Si somos justos (salvos), nuestro vivir es por la fe. Por eso queremos estudiar la vida por la fe en esta serie de estudios.
B. Conceptos equivocados de la fe.
Muchas veces lo que llamamos “fe” es en realidad optimismo, y no tiene ese elemento de certeza. Por
ejemplo decimos, “Tengo fe que nos va a ir bien en esta empresa.” La fe real tiene su base en Dios y en la Palabra de Dios. Por eso es algo totalmente seguro.
Muchas veces pensamos que lo importante en la fe es la cantidad o la firmeza de nuestra fe. Pensamos,
“Si tan solo tuviera más fe. . . “. En realidad lo importante de la fe es el objeto de ella. ¿En quién creo?
¿Qué tan digno de confianza es la persona en quien creo? ¿Puedo estar segura que cumplirá?
La fe conecta todo el poder y la suficiencia de Dios con nosotros. En otras palabras, Dios está allí con
todo su poder. Yo estoy aquí con toda mi necesidad. ¿Cómo puedo echar mano a los recursos de Dios? Lo que me conecta con Dios es la fe.
Arriba dijimos que la fe tiene su base en la Palabra de Dios o la persona de Dios. Por eso no es simple optimismo. Si Dios ha prometido algo, puedo estar seguro que cumplirá. Por ejemplo, Dios no ha
prometido que no lloverá mañana. Por eso no puede tener fe que no lloverá. Puedo tener optimismo, pero no fe. Algunas personas dicen que tienen mucha fe que esto o aquello sucederá. Pero si Dios no lo ha prometido, no podemos tener fe. La otra base de nuestra fe es la persona de Dios. Sabemos que Dios siempre actuará de acuerdo a su persona--su santidad, su justicia, su misericordia. Por ejemplo, podemos tomar alguna decisión de obediencia a la Palabra de Dios. Tal vez no tenemos una promesa específica de contar con la ayuda de Dios. Pero contamos con que Dios nos respaldará, porque su carácter lo exige.
Otro concepto equivocado es la idea que podemos obligar a Dios a actuar en cierta forma, cuando
tenemos fe que lo hará. Por ejemplo pensamos, “Si tan solo tuviera bastante fe cuando pido esto a Dios, él tendría que dármelo.” En realidad, Dios tiene que darnos lo que él ha prometido, porque él no puede mentir. Pero respecto a lo que él no ha prometido, no podemos obligarle por nuestra fe. En este caso, ¿en qué está puesta la fe? La fe está puesta en la cantidad de fe que uno pueda fabricar, no en Dios. De ahí la importancia de conocer bien a Dios a través de su manifestación de sí mismo en su Palabra, y conocer bien sus promesas.
LA VIDA DE FE -- UN ESTUDIO DE HEBREOS 11
II. La relación de la fe a lo invisible.
Lea Hebreos 11:2, 3. El autor menciona “Los antiguos”. En realidad todo el capítulo es un repaso de las vidas y hazañas de la fe de los “antiguos”, o sea los que vivían antes. Pero el primer ejemplo, que viene en el versículo 3, no es de algún “antiguo”, sino de nosotros, actualmente, que ejercemos fe al aceptar que la creación del universo fue por la Palabra de Dios. El autor comienza con esta primera gran obra de Dios, y sigue en orden a través del Antiguo Testamento. Pero este versículo 3 tiene una importancia especial, porque es un argumento para comprobar que lo invisible es más sólido que lo visible.
Para nosotros lo que vemos es más seguro que lo que no vemos. Nuestra actitud es “Más vale pájaro en mano que cien volando.” ¿Cuáles son las cosas que vemos? Dinero en efectivo o en el banco; exámenes de laboratorio que muestran que tenemos buena salud; hijos que se portan bien; nuestra casa, nuestra comida, nuestra ropa, nuestro automóvil. ¿Cuáles son las cosas que no vemos? El cielo, la vida eterna, los galardones futuros, la promesa de Dios de suplir nuestra necesidad económica, la promesa de Dios de darnos gozo en medio de la aflicción. ¿Cuál es más sólido? Generalmente preferimos tener lo visible, lo actual. Pero la vida de fe es poner nuestra mira en lo invisible, lo futuro, lo prometido por Dios, y estar convencidos de su solidez, y vivir con esa seguridad.
Según Hebreos 11:3 ¿cuál es el origen de lo que es visible? Lo invisible, o sea la Palabra de Dios, dio
sustancia a lo visible. Lo invisible, por lo tanto, es más sólido que lo visible, porque todo lo visible tiene su origen en lo invisible. Primero fue lo invisible--Dios y su Palabra, y después él hizo lo visible que a
nosotros nos parece tanto más sólido y seguro que lo invisible. Lea 2 Corintios 4:18. No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Al aprender a caminar por fe, aprendemos a poder ver lo invisible y saber qué es más importante, más
valioso, más duradero y más real que todo aquello visible que nos parece tan importante, y que nos ocupa tanto. El propósito de esta serie de estudios es observar los logros de la fe en las vidas de las personas mencionadas en Hebreos capítulo 11, para aprender de ellas cómo se camina por la fe.
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